BILLAR 

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El billar es un juego-deporte de precisión que incluye distintas variantes y modalidades.   Las más importantes son el francés o de carambola, el americano o pool y el inglés o snooker.

En mi ciudad natal, al igual que en casi todas las ciudades y pueblos importantes de España en aquellos años, había bastantes mesas de billar repartidas en colegios, asociaciones, casinos y locales recreativos. En ocasiones teníamos la posibilidad de jugar en ellas, pero en otras muchas, había que conformarse con ver jugar a los demás, que si lo hacían bien, resultaba ser muy instructivo aparte de  entretenido.  Lo que entonces se estilaba era hacer carambolas en la modalidad de libre y, desde los primeros contactos que tuve con las mesas, las bolas y los tacos, me pareció un juego difícil pero fascinante.

Durante mi juventud pasé muchos años sin jugar y después tuve el empeño de fundar un club en Piedrahíta que por desgracia no llegó a cuajar. En el casino de Salamanca me abrieron los ojos a la modalidad de 3 bandas y en la actualidad juego a ella, con regularidad pero con menos frecuencia de la que me gustaría, en un pueblo de Cáceres.

Como he hecho con tantas otras cosas en la vida -yoga, natación, retratos, cuadros de madera, montar a caballo, idiomas, malabares, zen,…- estoy intentando aprender por mí mismo y como no he encontrado material adecuado he confeccionado mis propios libros de autoaprendizaje, que no tardaré en poner a disposición de otros aficionados.

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Enumero a continuación algunos beneficios de la práctica del billar: Mejora las habilidades motrices, la capacidad de visualización y análisis, la capacidad de concentración y autocontrol, la disciplina y el compañerismo, ejercita la memoria y estimula el estudio.         A mi juicio, merece sin duda, ser incluido dentro de los deportes olímpicos.

Lo bonito y lo importante  en el billar, como en la vida misma,  es sentir el momento presente, saber aprovechar las oportunidades y  ser capaces de mantener la ilusión de seguir aprendiendo.