EL PROCESO
Se trata de trabajos de taracea o marquetería realizados con chapas de madera natural sin teñir utilizando procedimientos artesanos y diseños absolutamente personales.
Cada cuadro es un ejemplar único y va acompañado, a modo de lazarillo, por una leyenda en verso pirograbada que pone palabras donde tan sólo hay tonos y texturas y de esta forma lo humaniza y hasta cierto punto lo explica.
La ejecución se divide en tres partes bien diferenciadas: diseño, composición y acabado.
El tiempo medio total de ejecución de cada obra puede oscilar entre las 50 horas de “Abriendo brecha” y las 300 horas de “Estudio artesano” o “El grifo”, dependiendo del tiempo invertido en el diseño y, sobre todo, de la dificultad de la composición del mosaico de maderas, es decir, del número total de piezas a cortar y de si éstas piezas tienen partes oscurecidas con arena caliente.
En cuanto a las leyendas en verso, el tiempo es comparativamente reducido; suelen surgir en el diseño o durante la composición del mosaico y tienen mucho más de necesidad de expresión que de pretensión literaria.
Sobre las herramientas y utensilios hay que decir que son exclusivamente manuales para las fases de diseño y composición y tan simples como: papel, carboncillo, cretas y pasteles para el diseño; lápices, rotuladores, cinta adhesiva, bisturís de corte, reglas de acero y arena con sartén para la composición. El pegado al tablero se ha hecho con cola de madera y prensa de gatos hidráulicos y se ha utilizado lijadora orbital y barnices para el acabado a pistola.
Las chapas de madera natural utilizadas han sido obtenidas por desenrollado y adquiridas en casas especializadas nacionales o extranjeras. Proceden de los lugares más variados del planeta y son en sí mismas pequeñas porciones de selvas tropicales y bosques templados o boreales que con sus vetas, olores, texturas y exóticos nombres constituyen la base material en la que se fundamenta esta colección.